Alemania, 5 de Noviembre del 2021.- Melina, Leonie, Sophie, Timo y Luca, tenían entre 1 y 8 años. Su mamá, la joven Christiane de 28 años, fue condenada a cadena perpetua por matarlos. El acta de la corte entiende que el «mundo se derrumbó» para ella cuando vio una foto de su ex con una nueva mujer. Y por eso quiso castigarlo.
El caso ocurrió en septiembre de 2020, cuando Christiane K., una mujer alemana de 28 años, mató a 5 de sus 6 pequeños. La tragedia conmovió al país.
La motivación de Christiane K. para matar a sus hijos fue esencialmente por «decepción, cólera y desesperación», indicó la fiscalía, una teoría que fue apoyada por el juez. Su mundo se derrumbó después de descubrir una foto de su marido -del que vivía separada desde hacía un año- con su nueva pareja, indicó el tribunal de Wuppertal, en el oeste de Alemania.
«Su vida cambió profundamente en ese momento», dijo el presidente del tribunal en referencia al momento en que la joven vio que su ex estaba con una nueva pareja. La mujer, simplemente, no pudo soportarlo y quiso castigarlo, sostuvo la acusación.
La joven, de hecho, le había escrito a su expareja que nunca volvería a ver a sus hijos, indicó la agencia alemana de noticias dpa. Según el acta, el drama se inició el 3 de septiembre de 2020, en el departamento familiar de Solingen, cerca de Wuppertal. La mujer colocó drogas en la bebida de sus hijos durante el desayuno para que se durmieran.
A continuación, preparó un baño y juguetes. Luego los despertó y los llevó uno tras otro al baño, donde los asfixió o estranguló. Después de los presuntos hechos, los envolvió en una toalla y los puso en la cama. En ese mismo sitio se descubrieron los cuerpos sin vida de las tres niñas de 1, 2 y 3 años y dos niños de 6 y 8 años. Christiane K. se lanzó ese mismo día a las vías de un tren en la estación de la ciudad vecina de Düsseldorf pero, pese a las graves heridas que sufrió, sobrevivió. El hijo mayor, que entonces tenía 11 años, escapó del destino de sus hermanas y hermanos. La madre había enviado al mayor a que se quedara con su abuela antes de los asesinatos.
«Un hombre encapuchado»
La acusada mantuvo silencio durante todo el juicio este jueves 4 de noviembre. El tribunal reconoció «circunstancias agravantes» y le impuso la pena más grave en Alemania, que imposibilita su puesta en libertad por lo menos durante 15 años. Anteriormente había declarado su inocencia, afirmando que un hombre enmascarado había entrado en su apartamento y había matado a sus hijos. Sin embargo, no se encontró ninguna prueba que apoyara esta afirmación.
Pese a los signos de narcisismo y trastornos de conducta diagnosticados antes del crimen, la justicia entendió que la mujer era plenamente responsable de sus actos, en contra al pedido de la defensa que solicitaba que se la interne en un centro psiquiátrico.