Uruapan, Michoacán, 4 de abril del 2022.- Los pueblos originarios de México están considerados como unas de las sociedades más religiosas del mundo, antes de la llegada de los Europeos fusionan sus actividades económicas y sociales con las creencias, rituales y ceremonias católicas, estando casi siempre presentes en su vida cotidiana.

      

Cuando los frailes de las diversas congregaciones participan en el esfuerzo por transformar la antigua y plural sociedad prehispánica, ésta genera condiciones sociales y culturales de resistencia que dan como resultado la transformación de su antiguo acervo de creencias religiosas hacia una rica amalgama de manifestaciones y expresiones que les permite evitar la represión pero al mismo tiempo mantener y conservar sus propias manifestaciones , eso que se llama Sincretismo Cultural.

Los barrios tradicionales de la ciudad de Uruapan conservan parte de esas tradiciones religiosas que datan de la época colonial y durante la próxima temporada de Semana Santa los expresan como una manifestación impregnada de múltiples elementos propios

Las actividades del “Corte de la Palma” y la consecuente organización de la partida de “Palmeros” por los pobladores de los Barrios de Uruapan tiene qué ver con la representación bíblica de la entrada solemne de Jesús en Jerusalén pero no encerraba también expresiones relacionadas con su regulación social y política. En los años de 1920 los indígenas de los barrios tradicionales se reunían para elegir a cuatro “capitanes” que serían los responsables de organizar a los grupos de jóvenes de cada barrio que irían a cortar a tierra caliente las palmas que se utilizan en la ceremonia del Domingo de Ramos.
       
En la Comunidad Indígena de San Lorenzo, antiguo barrio de la ciudad, lis Fiscales de la Iglesia juntaban a los muchachos el segundo viernes de cuaresma , repicaban las campanas y escogían a los cuatro capitanes encargados de organizar la caravana de palmeros, en esa ocasión en casa del Fiscal se preparaba atole, esquites y piloncillo para invitar a los presentes en la junta donde se hacía la elección.
Una vez elegidos los capitanes, muy en la mañana del lunes que precede al Domingo de Ramos, los jóvenes y los “hombres hábiles” con sus respectivos capitanes salían corriendo del perímetro de la ciudad a la región de tierra caliente donde se podía cortar la palma, a pesar de la lejanía los palmeros llegaban al lugar de corte en solamente tres horas, recorrido que normalmente a caballo se hacía en seis horas.
Los Palmeros corrían con ánimo y alegría para legar primero al lugar donde se encontraban las palmas y cortar las palmas más bonitas y más bajas, los capitanes debían llevar preparada la comida y el suficiente pinole para dar de comer a todos los que participaban en el corte de la palma, durante esa noche se quedaban a pasar la noche en trono a unas grandes fogatas que hacían en el campo y muy temprano regresaban a los barrios de Uruapan.
       
A su regreso los palmeros traían cargando una gran cruz de palma, a la mitad del camino les salían a encontrar las mujeres de los barrios, como bienvenida les ofrecían sandías, naranjas, agua fresca y alguno que otro refresco envasado.
Los hombres que no habían podido acompañar a los palmeros les esperaban también agitando unas chicotas hechas de pita de maguey que llegaban a medir hasta cuatro metros (“Charáracuas”), al agitarlas les hacían producir un tronido seco que se alcanzaba a oír hasta una legua de distancia en aquel Uruapan apacible de los años de 1920.

Los varones que no habían elaborado sus chicotas para encontrar a los palmeros pagaban una multa esperándolos con música y danzantes además de una dotación de cinco a siete litros de aguardiente, según su edad, según l edad del que pagaba la multa.

Por su parte los palmeros regresaban con el rostro embadurnado de pinole en señal de que sus capitanes habían velado para que nada les hiciera faltado de comer en su encomienda, en el calzón largo de uso diario se colocaban una especie de polainas de corteza de los árboles de palma y el sombrero adornado con multicolores borlas de algodón, al llegar a los atrios de las capillas de manera ordenada se desfilaba hasta la cruz atrial donde en medio de un solemne y respetuoso silencio los danzantes de diversas danzas colocaban la cruz de palma sobre las cruces atrial de piedra.
      
En el atrio las jóvenes de los barrios ataviadas alegremente con listones, obsequiaban agua fresca, atole blanco y manácata(Tsilacayote con piloncillo) a los palmeros y a sus acompañantes, a cambio aceptaban las palmas que ellos les obsequiaban.

Recientemente los Barrios Tradicionales recuperan la tradición y realizan el sábado y domingo anteriores los actos ceremoniales del viaje y la corte de palma.

En la actualidad el sábado anterior al Domingo de Ramos, un día antes de salir a cortar la palma generalmente a las tierras de Charapendo, los pobladores de los Barrios se organizan para confeccionar las chicotas y enseñar a las generaciones jóvenes las formas de su elaboración, por la tarde, acompañados con alegres melodías de orquestas P´urhépecha realizan un recorrido por un circuito que definen los responsables del Barrio en turno y acompañados siempre por las Iréris e integrantes de los demás Barrios hacen el paseo precedidos por los equipos de “Chicoteros” anunciando con el chasquido de sus chicotas, que se encuentran listos para partir muy temprano al día siguiente a cortar las palmas para la ceremonia del acto religioso del Domingo de Ramos.
      

Hoy domingo debieron haber salido muy temprano a realizar esta actividad y al regresar serán esperados por personas que les llevan agua para refrescarse después de la jornada en “Tierra Caliente”, otros más les llevan frutas y otros manjares, los “Palmeros” entregan a cambio y a las gentes que acuden a recibirlos las palmas que llevarán a bendecir en el acto religioso del Domingo de Ramos, enseguida se invita a los “Palmeros” y a todos los que han acudido a la recepción para que disfruten de la comida que a nombre del Barrio han preparado los integrantes de una Comisión.

Fuentes de Información:
Magdalena López García +
Consuelo Jasso de Razo
Antonia Rodríguez
Evangelina Pérez
Juan Victoriano Cira
R. Saavedra “ La fiesta de las palmas en Uruapan en 1920.
M. Storm.”Disfrutando Uruapan” Trad. De Carlos García T.

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